LA TIRADA CLEMENTINE

La tirada Clementine, el nombre de esta tirada de cartas se debe a la esposa de un cartomántico notable.

Siguiendo con la misma rutina de barajar nosotros y solicitarle al consultante que corte el maso, tiramos cinco cartas colocándolas de izquierda a derecha, considerando siempre que las cartas están frente a nosotros que somos quienes las interpretamos y no frente al consultante.

Primera: esta baraja nos hablará del origen o de la causa del problema, nos ubica en el pasado, en el momento que surgió y cómo atravesó nuestras vidas.

Segunda: esta baraja nos dirá cómo este tema influye en la realidad presente del consultante, fundamentalmente sus influencias negativas y dónde se manifiestan (pareja, trabajo, familia, hogar, etc.) también nos dará una idea si el problema es vivido por el entorno del consultante de la manera que él cree. Muchas personas concurren a la consulta creyendo que su mundo se desmorona y en realidad no es así.

Tercera: esta baraja que, además es la del centro, nos dirá el estado emocional, afectivo, del consultante en el preciso momento de la lectura, nos hablará de lo actual, de su estado de ánimo.

Cuarta: esta baraja nos permitirá conocer cómo este presente influenciará el futuro del consultante.

Quinta: con la interpretación de esta carta podremos orientar al consultante hacia la síntesis o la manera de solucionar el conflicto, nos hablará del futuro en relación a este conflicto.

Si sentimos que los naipes no hablan claramente o que quizás el consultante no se concentró debidamente sobre una cuestión en particular, quizás su vida no esté realmente influenciada por el problema que él supone sino que el verdadero problema sea otro, Realicemos una tirada simple de tres cartas pidiéndole al consultante que se concentre en la pregunta. Estas tres cartas representarán Pasado (a nuestra izquierda),Presente (en el centro) y Futuro (a nuestra derecha) siempre del mismo problema.

La suma de ambas lecturas deberá proporcionarnos una idea de la mejor solución, acaso no para el problema en sí mismo pero, por lo menos, para orientar al consultante hacia una salida que le permita economizar sus fuerzas y preservar su estabilidad  emocional. Nunca olvidemos que la buena suerte se hace y la mala se combate, nuestras interpretaciones siempre deben ser positivas, deben ayudar al consultante en la búsqueda de conductas adecuadas que le permitan enfrentar la realidad obteniendo un saldo positivo.