lunes, 26 de julio de 2010

EL TAROT DE CRISTAL.


El nombre de esta obra resume la belleza ideal que Elisabetta Trevisan condensó en una serie de pinturas al óleo realizadas entre 1987 y 1990. Es evidente que la pintora no se ha limitado a interpretar las cartas del Tarot, sino que ha sido capaz de asimilarlas en el transcurso de un largo y duro proceso, que ha precisado tanto la meditación lúcida y racional sobre los arcanos mayores y menores, como una participación emocional sobre el significado de cada carta. Si queremos analizar de un modo puramente formal esta baraja, se podría subrayar su pertenencia al conjunto de Tarots marselleses revisados en el ámbito de la tradición esotérica francesa; pero este análisis sería demasiado restrictivo, pues ¿de qué sirve subrayar la afinidad formal entre dos botellas si contienen líquidos distintos? En efecto, las cartas del Tarot de Cristal van más allá de la simbología tradicional; se observa en ellas el esfuerzo para poner de manifiesto significados no dogmáticos, por buscar ambivalencias y antinomias, con lo que cada carta expresa, al mismo tiempo, fragilidad y fuerza, elegancia formal y rigor simbólico. Se pueden redescubrir en estas pinturas las mismas ansias espirituales que sacudieron profundamente, a principios del siglo XX, a algunos artistas relacionados con las escuelas teosóficas y ocultitas (pintores como Klee y Kandinsky, músicas como Satie y Debussy), cuya sensibilidad poética les llevaba a sintetizar de un modo extremo las emociones más profundas de los seres humanos frente a los misterios de la existencia. Por ello, las cartas del Tarot de Cristal tienen sones evanescentes como notas fluctuando en el éter, ligeras como sombras, transparentes como cristales, tintineantes como metales llovidos del cielo, crepitantes como brasas ardientes, gorgojeantes como líquidos alquimistas, metafísicos como los números y formas y geométricas. Son un conglomerado de colores y de formas que capturan la mirada y la conducen a una dimensión dominada por la belleza, cuyo poder, como destacaba Kandinsky, contrarresta las pasiones funestas y eleva el espíritu sobre la materia.

1 comentario:

Cristilof dijo...

Hola Ana Máría
Te felicito por tu blog, me parece muy intersante tu forma de plantear los temas. Te deseo todo el éxito del mundo y, si no te importa, voy a hacer un enlace desde mi blog al tuyo para que todos los amigos que siguen mi blog, tengan la oportunidad de conocer tus escritos.
Saludos y sigo atenta a tus publicaciones

Cristilof
http://lapuertadeltarot.blogspot.com/